Platón y el misterio de las rejas de la Plaza Zabala

¿Cuál es la ciudad ideal? ¿Cuál es la Montevideo ideal?
Arquitectos, urbanistas y pensadores hacen este ejercicio desde el fondo de la historia.
En general parten de un concepto central que les complica la vida: la relación entre hombre y espacio, entre sociedad y cómo vivir la ciudad.

Crear una ciudad o hacer ciudad es una cuestión compleja, porque existen tensiones en su interior que muchas veces obstaculizan la mejor solución. Es un problema tomar decisiones sobre una ciudad ya construida y en permanente movimiento.

Cito dos ejemplos. En 1992 –intendencia dirigida por el doctor Tabaré Vázquez- se resolvió cambiar una parada en la calle Dante. Frente a la parada había una panadería. El propietario fue a la intendencia a quejarse de porque le sacaban la parada, que ella le anclaba posibles y potenciales consumidores de sus productos. La parada igual se corrió.

Otra anécdota de aquellos años. Vázquez quería peatonalizar la calle Sarandí. Los comercios de la zona –por ejemplo Optica Pablo Ferrando- se negaba porque argumentaba que iba a perder clientes. En ese momento no se avanzó. Años más tarde se instaló la peatonal. Y se extiende hacia el corazón de la Ciudad Vieja. Hoy nadie lo discute. Los oyentes tendrán infinidad de ejemplos de similar tenor.

Para cada uno de nosotros hay como cuatro Montevideos:

  1. Nuestro barrio, el entorno inmediato.
  2. La que amamos.
  3. La que rechazamos.
  4. Una Montevideo global, en donde se mezclan nuestros recuerdos y las peripecias de ayer mismo y hoy.
    De manera que abordar el análisis de la ciudad, de nuestra ciudad, tiene alguna complejidad.

En el 1500 Platón escribió sobre la ciudad ideal y planteo que debía tener tres zonas claramente diferenciadas. La primera, con los que mandaban, la segunda los intermediarios y la tercera los productores, los súbitos. Pero era un planteo demasiado rígido y poco se avanzó, pero hoy las ciudades tienen como esos signos de Platón.

Hay un interesante libro de Sibyl Moholy. Nagy, un historiador de la arquitectura y el arte. El libro se llama “Historia Ilustrada de la evolución de la ciudad.”

Allí se dice: “Los hombres crean y destruyen valores con el mismo ímpetu. El hombre, el único ser viviente dotado de memoria histórica, siente devoción hacia el pasado, aun desconociéndolo y desmintiéndolo en nombre de un futuro sumamente incierto”.

Montevideo se estaba haciendo. Las autoridades del nuevo país contrataron al paisajista francés Edouard Andre para hacer una plaza Zabala. ¿Y Andre que hizo? Una plaza parisina, con un planteo estético propio de la belle epoque.

Y los edificios del entorno eran de una época, el 1850, para comerciantes y altos funcionarios públicos.
Abro un paréntesis: en el entorno actual, el 40% son edificios del siglo XIX, el 50% edificios de la década del 60 y un 10% de pocos años atrás. Quiere decir que se preservó poco y se destruyó buena parte de las edificaciones antiguas.

LA CIUDAD VIEJA EN DATOS

1724: Construcción del Fuerte Grande.
1790: Casa del Gobernador.
1880: Demolición de sus ruinas.
1878: Decreto de creación del espacio público.
1889: Creación de la Dirección de Paseos, encargo del diseño al paisajista E. André.
1890: Inauguración del “Jardín de Zabala”; 1910: Palacio Taranco.
1913: Edificio del Fuerte.
1924: Implantación del monumento a Zabala.
1958: Decreto 11235, fijó las alturas de la edificación frentista en un rango de 26 a 28 mts.

La plaza mantiene un flujo vehicular de baja intensidad siendo la función de estacionamiento la principal de la circunvalación, por lo cual al comienzo y final del horario de trabajo se produce un pico de actividad vehicular.

La utilización más intensa se da por parte de los peatones. Se constata una apropiación del espacio en términos de aprovechamiento de su calidad ambiental por parte de la población residente y no residente, ésta última fundamentalmente en el mediodía.

En este sentido el equipamiento de apoyo a este uso se revela en las horas pico como insuficiente (bancos, zonas de sombra, papeleras, etc.). Es en cambio menor el uso de la plaza como lugar de paso ya que las características funcionales entre los sectores este (financiero-bancario) y oeste (sector comercial y habitacional) son dispares e inconexas, ni existen en la actualidad en su perímetro edilicio actividades que generen flujos peatonales significativos, con la excepción de la casa bancaria en la esquina con Rincón.

Otros datos que me resultan significativos a la hora de observar la Ciudad Vieja.

Por mes ingresan 687 mil vehículos, mientras que en Tres Cruces circulan 760 mil vehículos.

Pero hay otros datos importantes: Viven 11.000 personas y trabajan 30.000. El 90% de los turistas que llegan a Montevideo circulan por allí, y el 50% de los turistas que llegan a Uruguay caminan por el casco histórico.
Todo esto exige a la Intendencia de Montevideo adoptar decisiones.
Así, entonces, define un criterio: “Ciudad Vieja a escala humana”.

A partir de ahí realiza distintas acciones: mejoramiento de veredas, iluminación, cámaras de video vigilancia y estaciones de descanso.

Pero eso no impide que entren 687 mil vehículos que es uno de los más importantes problemas de la Ciudad Vieja.

Parece existir un consenso académico y político de que no entren más ómnibus a la Ciudad Vieja y que opere una parada en la Plaza Independencia, con una unidad que circule por 25 de mayo, Colón y Buenos Aires. Pero esa decisión se enfrentó a líos con comerciantes y usuarios que no querían el trasbordo.

Los ómnibus, además, por las vibraciones que provocan, afectan las fachadas de las casas del siglo XIX y muchas rajaduras de esas fachadas tienen ese origen.

La Intendencia se echó para atrás y mantuvo la entrada de ómnibus al casco antiguo.

En muchas ciudades del mundo –Rosario, Curitiba, Santiago de Chile, Bahía y ciudades europeas- preservan el casco histórico. Lo cuidan porque saben que es una tentación para el turista, este componente contemporáneo de la globalidad de las comunicaciones.

¿CUÁL ES EL LÍO EN LA PLAZA ZABALA?

El lío son los vecinos que tienen auto y no tienen garaje para los mismos. Paralelamente hay un tema de gustos: no me gustan los bancos de las estaciones de descanso porque afean el entorno, porque la plaza no es solamente la plaza y sus bancos sino también el entorno.

Este asunto tiene 3 años. En 2016 la Intendencia les propuso una solución –a mi juicio acertado- de crear una peatonal en la Circunvalación Durango, sin quitar espacio circular en auto o para estacionar. Los vecinos no lo quisieron.

Hay muy buenas experiencias en el mundo de convivencia entre autos y peatones en zonas históricas. Se baja la velocidad. Nadie se apura y nadie se enoja. Conviven.

En esas zonas funcionan los tranvías eléctricos. Le pregunté al alcalde Carlos Varela si no estaban pensando en tranvías eléctricos. Me dijo: ¿quién pone la plata? “Más bien pensamos en unidades eléctricas chicas y no tranvías pero nadie pone la plata”, agregó.

La plaza es un espacio introvertido que por sus características geométricas y topológicas mantiene una relativa independencia respecto al sistema urbano de Ciudad Vieja. A estas condiciones únicas, se le agregan otros elementos que contribuyen a su singularidad como el tener un límite físicamente definido mediante una reja perimetral o una interesante densidad vegetal.

La Intendencia resolvió eliminar el estacionamiento de ¾ partes de la Circunvalación Durango y poner bancos y plantas en las denominadas zonas de descanso.

Los vecinos protestan y los ciudadanos de diversos puntos del país opinan. Unos a favor y otros en contra, con una musiquita de fondo: la campaña electoral.

LA HISTORIA DE LA REJA DE LA PLAZA ZABALA

La reja de la plaza tiene forma fálica: pene y testículos.

Hay una leyenda que dice que esa forma fue realizada intencionalmente por el arquitecto que la diseñó, como respuesta al engaño que se le hizo.

Dice esta historia, que el francés Eduardo André llegó a Uruguay para realizar una Plaza de alto presupuesto, tal como se le había indicado que existía. Pero la realidad era otra, el gran presupuesto era mentira y por lo tanto sus ideas tuvieron que ser adaptadas a la situación económica del momento.

La plaza que iba a tener verjas tal como las tenían las plazas francesas de la época, con detalles elegantes, terminó teniendo forma de pene y testículos.

Una suerte de venganza del arquitecto.

El escritor uruguayo Carlos Martínez Moreno, escribió esta historia en la Revista Nacional, afirmándose en una versión de un habitante de la zona que tocaba el organillo.

ALGUNAS CONCLUSIONES

  1. La Ciudad Vieja necesita del empuje y ordenamiento de las autoridades y compromiso de los vecinos. No hay planteos para unanimidades.
  2. La ciudad, para muchos montevideanos, parece ser la vereda y la calle de enfrenta y nada más.
  3. La pertenencia a un partido político sesga las opiniones y los comentarios. Hice una encuesta en Twitter y respondieron 221 personas, 47% de acuerdo con los bancos, 10% en desacuerdo, 10% dice no importarle el tema y un 33% dice que hay que sacar los autos de la Ciudad Vieja.
  4. Hay un tema generacional. Las personas veteranas de la Plaza Zabala están en contra; los jovenes de la plaza y de afuera de la misma, están a favor.
  5. La imposibilidad de eliminar el transporte urbano en el casco urbano por presiones de usuarios. Lo mismo ocurrió cuando se quiso hacer un estacionamiento debajo de la plaza de Villa Biarritz. Los vecinos juntaron firmas, se movilizaron, y el estacionamiento subterráneo –como se hace en muchos países- no se desarrolló.

Linng Cardozo.
5 de junio de 2019

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