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Arquitectura VICTORIANA reinventada

El equipo de Matt Gibson Architecture + Design transformó una casa histórica en Melbourne preservando su pasado y ofreciéndole al mismo tiempo una nueva vida para una joven familia de tres personas.
Shannon McGrath

Continuidad y novedad son las dos palabras clave de este proyecto llevado a cabo por el despacho australiano MGA+D (Matt Gibson Architecture + Design). Concebida como un refugio urbano para una pareja y su joven hija, esta casa tenía que ser cómoda, acogedora, luminosa, aérea y fácil de mantener. Pero los dueños también querían algo de teatralidad y de sorpresa en el diseño. Fue el reto de los profesionales de Matt Gibson Architecture + Design que decidieron preservar la parte del frente de la casa que destaca por su estilo típicamente victoriano. Al contrario, la parte trasera fue demolida y completamente transformada en espacios contemporáneos. La intención fue claramente fusionar lo antiguo con lo nuevo y crear un conjunto coherente y práctico.

Para los dueños, era importante tener la sensación de vivir en áreas amplias, funcionales y con apertura visual. Es la razón por la cual se decidió cambiar el plano compartimento de origen, típico en las viviendas victorianas. En la parte trasera que fue remodelada, se conservó la idea de tener zonas especificas con distintas funciones pero fue hecho de manera más moderna. Se quitaron varias paredes y se favorecieron las conexiones con los espacios exteriores, los cuales eran inexistentes en la configuración anterior.

Existe una progresión desde el frente de la casa, que es formal y aloja el comedor, hasta la parte de atrás donde se sitúan la cocina abierta y el salón que son más relajados, contemporáneos y enfocados en la comodidad. A través de la arquitectura, se quiso contar la historia de la vivienda cuyos elementos como las chimeneas, los arcos decorativos y las cornisas recuerdan la grandeza victoriana.

Shannon McGrath

Fue importante concebir un espacio de transición entre las dos partes de la casa. La lavandería y sobre todo el patio central que deja entrar la luz en los espacios interiores juegan este papel esencial de puente entre el edificio antiguo y el nuevo. Los materiales –hormigón, madera, mármol– y los colores –blanco, negro, toques de azul y gris– fueron utilizados para reforzar los vínculos entre las dos zonas.
El concepto decorativo consistió en originar una morada versátil que pueda parecer íntima o expansiva, cosy o teatral, propicia al descanso o al entretenimiento. Efectos de texturas resultan de la mezcla ecléctica de piezas de mobiliario antiguas y contemporáneas.
Este santuario urbano fue re-imaginado tomando en cuenta varios principios de sostenibilidad. En efecto, una parte del edificio existente fue restaurado en vez de demoler todo, la orientación del sol fue tomada en cuenta para organizar los espacios, el suelo, las paredes y el techo fueron aislados para una mejor eficiencia energética, la ventilación es cruzada, algunos productos son reciclados y los materiales son principalmente locales.