La NASA revela que la Luna tiene 40 millones de años más de lo que se pensaba hasta ahora

Nuestro satélite natural siempre nos sorprende con sus misterios. A continuación, asómbrate con la técnica utilizada para llegar a la fecha exacta del evento cósmico que la originó.

Luna llena sobre el océano
La Luna llena es una de las fases más anheladas para contemplar en cualquier lugar del mundo.

¿Cómo se formó la Luna? Mientras nuestro planeta se encontraba en su proceso de formación, y el Sistema Solar brillaba en el apogeo de su juventud, un objeto espacial similar al tamaño de Marte chocó contra la Tierra. ¿Lo recuerdas?, probablemente no, ya que ocurrió hace más de 4000 millones de años.

Debido a este encuentro cósmico, un pedazo de materia rocosa fue lanzado al espacio. Con el tiempo permaneció en órbita y se transformó en la Luna, nuestro satélite natural por el cual se rigen las mareas, los cultivos, la reproducción de los animales y, en ocasiones, el estado anímico de los seres humanos.

Gracias a las muestras que se tomaron hace más de 50 años durante la misión Apolo 17, la fecha exacta de este magnífico evento ha podido ser informada en estos días. Pero ¿por qué este acontecimiento es tan relevante? Para saber, científicamente, el origen de la vida en la Tierra y, por ende el devenir de nuestro planeta.

Además esta data es crucial en la era actual, ya que los cambios en el clima, en el océano y en la superificie terrestre que se están presentado nos advierten que es nuestra responsabilidad ir más allá para otorgar mejores y eficientes respuestas a la humanidad.

Sorprendentes misterios de la Luna revelados mediante los estudios científicos

El estudio publicado en Geochemical Perspectives Letters, reveló que la formación de nuestro satélite natural fue hace 4460 millones de años. Es decir, 40 millones de años antes de lo que se creía hasta la fecha de esta investigación.

Luna creciente NASA
Luna creciente capturada desde la Estación Espacial Internacional. Fuente: National Aeronautics and Space Administration (NASA).

"La prueba definitiva ha sido proporcionada por los cristales lunares recogidos por la misión Apolo en 1972, que se formaron justo después de la gran colisión. Son un ancla de la geología lunar", explicó Philipp Heck al diario El Español, uno de los autores del estudio. Fue tal la energía que originó este encuentro cósmico, que se derritió la superficie rocosa de la Luna.

Cuando la materia se fundió de esa manera, los cristales de circón no pudieron formarse y sobrevivir. Por tanto, cualquier cristal encontrado en la superficie tuvo que aparecer cuando este océano de magma lunar empezó a enfriarse, de lo contrario, se habrían derretido y sus orígenes químicos se habrían borrado, mencionó Heck.

Los resultados de la fecha exacta de la formación lunar se obtuvieron a través de la tomografía de sonda atómica, pero ¿cómo funciona esta técnica? El equipo científico señala "comenzamos afilando un fragmento de la muestra lunar enfocándolo con un microscopio de haz de iones hasta lograr una punta muy fina, casi como un sacapuntas lujoso.

"Luego, utilizamos rayos ultravioletas para evaporar los átomos de la superficie de la punta, los cuales viajan por un espectrómetro de masa. Por lo tanto la velocidad con la que se mueven nos va a decir cuál es su peso, y a su vez, eso nos indica de qué están hechos", añadieron.

Definitivamente fue un trabajo de joyería, ya que analizaron átomo por átomo, en un procedimiento similar a lo que ocurre con un reloj de arena. "La arena fluye de un bulbo de cristal a otro y la cantidad de arena en el bulbo de abajo indica cuánto tiempo ha transcurrido", explica Heck.